viernes, 31 de enero de 2025

Ser el cuerpo de lxs otrxs


Envueltos en nuestra obsesión por la vivencia de los instantáneo, lo fugaz, ahogamos,

negamos aquella parte de la identidad que se conforma con partes de otros.

Descontentos con nuestra forma, no observamos que las partes de nuestro cuerpo

  comparten similitudes con otras formas vivas.

Nos relacionamos con el entorno como seres independientes.

Borramos de nuestra memoria el hecho de que somos lo mismo.

La potencia que nos atraviesa, nos transforma, nos mantiene cosidos, viene de otra parte y actúa separada de nuestra voluntad.

La palabra ancestral, cuando surge,  manifiesta formas anteriores; no nos podemos librar de nuestras formas pasadas.

Falsamente, nos reconocemos en un único rostro. Las presencias antiguas no son entidades ausentes.


Entendernos como una unidad, nos devuelve la conciencia y la posibilidad de expandir conceptos como lo íntimo, lo inseparable y separarnos de las fronteras construídas por nosotros mismos entre espacio exterior y espacio interior.



 

No hay comentarios: